In memoriam de tu gran alma de artista: Teresa Sarto

INMEMORIAM DE TU GRAN ALMA DE ARTISTA 52 CAPÍTULO I carrera. Los cursos de verano en Segovia, donde el ambiente internacional universitario todo lo llenaba, con concursos de pintura, interpretación o lo que hubiera, sirvieron para afianzar en Risini su verdadera vocación. Artista plena. Ya casada, compaginó la pintura con la docencia en la misma materia. Y si había que recorrer 180 km diarios para ejercerla, madrugando a las seis de la mañana para llegar al «insti», añadiendo la atención a marido e hijos, su vitalidad, energía y entrega la sostenían como si nada. Más adelante, ya ejerciendo la docencia en la facultad de Bellas Artes de Salamanca, todas estas cualidades y formación, más el apoyo de Eusebio, la acreditan como una reconocida profesional y admirada profesora, capaz no solo de enseñar pintura, sino de educar y moldear en el universo artístico a las nuevas generaciones con las que hábilmente empatizaba. Y, siempre incansable, encontraba el hueco y la oportunidad para seguir pintando, investigando en nuevas técnicas y dando a conocer su obra en incontables exposiciones. Con decoro me refiero a su vida familiar que con mayor precisión y acierto expondrán sus hijos y pareja, mas no haría bien si no agregara el sentimiento de gratitud que los míos sentimos por ella (mi hijo continúa su vocación artística), por su discreción y coraje en su dilatada enfermedad, por su amor a los niños y sus delicados abrazos y regalos, por su entrega a la familia y sus ganas de vivir, por sus oportunos detalles que sorprendían y por presentarse cada día con una lección de vida.

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