In memoriam de tu gran alma de artista: Teresa Sarto

INMEMORIAM DE TU GRAN ALMA DE ARTISTA 48 CAPÍTULO I por las noches, haciéndonos pasar miedo, íbamos a asustar a las de otras habitaciones y nos parecía que viajábamos mucho, aunque no salíamos de Madrid. Pero cuando teníamos 14 años nos llevaron al colegio que tiene la orden en Málaga, el Sagrado Corazón, en un sitio precioso, en un alto, viendo el mar, con mucho bosque y con piscina. Allí hicimos muchas amigas que nos enseñaron a bailar sevillanas, verdiales, etc. ¡ese verano fue una maravilla! FRANCIA Un día, de repente, Maite decidió liberarse. Nosotras éramos del Club Apóstol Santiago y con 15 años teníamos unas amigas que eran gemelas, muy monas, y que habían estado haciendo de aupairs el año anterior en Francia. Le pintaron a mi hermana tan bien lo de ir a Francia de aupair, que se lanzó ella sola al estrellato. Se independizó de mí, de mis padres y rompió por un tiempo con todo lo que tenía a su alrededor. Estaba haciendo algo que en aquella época no era muy habitual. Para irse, ella lo organizó todo y un buen día dio la noticia sorpresa en casa: «Me voy de aupair a Francia porque así aprendo francés». No sé cómo lo consiguió, pero mis padres aceptaron. Maite se plantó en Lyon y creo que no lo pasó nada bien. Más tarde nos contó que alguien le había regalado una caja de bombones y cada día comía uno, contando así los que le quedaban para volver a casa. Años más tarde utilizaría esta experiencia para crear sus primeras exposiciones de «brujas»; la primera en «Narizotas», en Madrid, seguida de otra en una casa de antigüedades de Segovia. EL ENTORNO DE LAS BELLAS ARTES Maite se inclinó definitivamente por las artes y dio un paso importante. Para entrar en Bellas Artes era necesario hacer un examen de ingreso, razón por la cual ella se matricula en la Academia Peña, que era un lugar muy acreditado en Madrid, donde se llevaba a cabo la preparación previa para realizar, en su día, y solo cuando el aspirante estuviera preparado, la prueba del examen a Bellas Artes en la convocatoria correspondiente, que consistía en un dibujo a toda mancha en 100x70 cm, durante 15 días seguidos, a razón de tres horas diarias. De cuarenta y cinco horas totales constaba el examen a modo de prueba selectiva, que daría acceso para la entrada a la, entonces, Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Maite se preparó y efectivamente, accedió a Bellas Artes, aprobando el examen de ingreso con facilidad. Hizo sus primeros dos o tres años de carrera en la Escuela Superior de Bellas Artes de la calle de Alcalá, y la terminó en la ciudad universitaria, donde trasladaron la Escuela de Bellas Artes. AMBIENTE FAMILIAR PROPICIO En el ambiente de nuestra casa, Maite continuaba respirando tradición y proximidad hacia el arte. Nuestra madre no abandonó nunca su afición a pintar con acuarela. Mi padre, al que también le gustaba mucho el paisaje, se incorporaba a pintar y dibujar los fines de semana, pero sobre todo es de destacar la importancia de estas vivencias en la vida artística de Maite y en su desarrollo profesional posterior, con tan buenos resultados. Dicen que «de casta le viene al galgo». PRIMER TRABAJO, PRIMER CAMBIO DE VIDA Mi hermana terminó la carrera y comenzó a trabajar inmediatamente. Lo primero que le ofrecieron fue como profesora de dibujo en el Colegio del Pilar del Niño Jesús. Con el primer sueldo hizo regalos a discreción, comenzó la compra de su primer coche, el 600, que le permitió abrirse a un nuevo cambio de vida. Tuvo varios amigos-novios más o menos serios. Unos años más tarde, le presenté a un profesor de mi facultad, Pepe Martín Pozas, y científico y catedrático de cristalografía, con el que se casó y tuvo a mis queridísimos sobrinos Zipi y Pepo. Todos los años han venido a Vidiago, hemos pasado veranos estupendos. Para Maite esto era su segunda casa. Yo tenía mucho trabajo y ella lo organizaba todo, incluidos mis hijos, que junto a mi madre y tatina, dirigían El Cueto. Bebían sidra, iban a la playa, merendaban.. Pero cuando Maite conoció a Eusebio, catedrático de Bellas Artes, conectó inmediatamente con él. A partir de ese momento, tuvo a su lado a la persona con la que desarrolló toda su capacidad creativa, sintiéndose valorada y motivada, disfrutándolo intensamente, y con el que fue inmensamente feliz.

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