In memoriam de tu gran alma de artista: Teresa Sarto

TERESA SARTO 95 EPISTOLARIO Conocí a Mayte a través de un amigo común, el genial y polifacético Luis Santos al que casualmente atendí en el hospital. Era un momento delicado por un problema de salud de Pepo. Un desafortunado accidente deportivo le tenía ingresado con algunas complicaciones. Nuestras vidas se cruzaron y desde entonces el destino nos mantuvo unidas a través del arte y la medicina, dos pilares importantes en mi vida. En esos momentos de incertidumbre y preocupación de una madre por la salud de su hijo, y a pesar de la angustia, ella mantenía un ánimo potente y enérgico, que dejaba entrever su personalidad positiva lidiando con un adolescente activo y deportista encamado en el hospital. El tiempo nos hizo amigas y pude conocer y disfrutar su alma sensible con la capacidad de desplegarse en múltiples facetas. Con la misma maestría y capacidad de componer un interior en un óleo, organizaba un magnífico bodegón en su acogedora casa, en esas reuniones de amigos en que cada detalle estaba amorosamente cuidado. Disponía los preciosos manteles bordados, la vajilla y los invitados con precisión matemática. Todo tenía la perfecta armonía de una orquesta, en que lo importante es la melodía final, pero en la que cada miembro de ella tiene que ser un gran solista. Cada ingrediente conseguido en la estación precisa para recibir la maduración exacta. Los aliños con receta familiar heredada, pero completada con su aportación creativa. Desde el aperitivo al postre todo un ritual, sin dejar ningún resquicio a la improvisación, haciendo que los amigos recibiéramos toneladas de cariño de ese espíritu sensible y creativo de artista. El mayor regalo era su presencia carismática, irradiando alegría y un maravilloso sentido del humor desbordante con su risa. La RISA de Mayte… podríamos hablar horas y horas sobre ella. Recuerdo una anécdota que comentaba de su época de estudiante en que un profesor le había puesto el apodo de Risini. Contagiosa, sincera, hermosísima y que nunca perdió ni en los momentos más difíciles de su vida. Me siento afortunada por haberte conocido, querido y compartido muchos momentos dulces y otros dolorosos como son los que nos trae la vida. Triste porque nos has dejado demasiado pronto y te has ido a otra dimensión donde estarás quitando plumas a los ángeles, para hacer un hermoso grabado mientras tu risa los envuelve. Amparo Núñez AmparoNúñez

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