In memoriam de tu gran alma de artista: Teresa Sarto

INMEMORIAM DE TU GRAN ALMA DE ARTISTA 208 CAPÍTULO 3 ACUARELA. PINTURAMAGRA DE COLORES TRANSPARENTES Es un tipo de pintura transparente, totalmente magra porque su principal agente aglutinante, la goma arábiga, se diluye exclusivamente en agua. La composición material de la acuarela, según determinen las condiciones de cada pigmento, puede incluir distintas proporciones de: un plastificante (glicerina), un humidificante (hiel de toro), un espesante (goma de tragacanto, almidón, arcilla espesante.) y un conservante. A la vista de la dificultad y profesionalización que entraña fabricar nuestra propia acuarela, recomendamos confiar en marcas de prestigio que desvelen su composición, en pastilla o en tubo. Un repaso previo por las características de los pigmentos para acuarela, en el apartado Tablas de pigmentos, de Ray Smith, nos permitirá simplificar la paleta de colores, adecuando esta restricción selectiva al mejor resultado técnico elegido. FONDOS El papel blanco, no ácido, a elegir gramaje, es el fondo perfecto para la acuarela porque refleja toda la luz que le llega, e irá restándose con las sucesivas capas aplicadas y superpuestas, de pigmento transparente. Puede prepararse el día anterior, humedeciéndolo en agua, durante un tiempo mayor del que calculemos tardaríamos en acabar de pintar totalmente la acuarela. El papel húmedo pero escurrido, se asienta sobre una superficie de formica o similar y se fija lateralmente en sus bordes, con cinta de papel encolado. Al secar, el papel se mantendrá terso y volverá a este mismo estado después de pintar, con cualquier técnica de acuarela que queramos utilizar. Existe en el mercado un bastidor tensador de papel en tres medidas, cómodo de utilizar también con otros soportes para pintar, como lienzo fino o seda, de la marca KEBA, que se mantiene tenso hasta la conclusión y secado de la obra. LAVADOS TRANSPARENTES La habitual superposición de lavados transparentes hace de cada nueva capa un color más saturado, con menor reflexión de luz, porque el color superpuesto obtura gradualmente el blanco del papel. Este juego, si se controla, permite provocar, a discreción, un efecto de profundidad de campo en el color, que es la característica esencial de la acuarela. Sobre un dibujo guía con grafito de dureza «H», muy, muy sutil, sin corregir ni insistir en el trazo, conviene hacer una previsión detallada del proceso de color a trabajar, reservando, mentalmente, desde el principio, el blanco del papel para los puntos más luminosos. A partir de aquí se trabaja de claro a oscuro, superponiendo el matiz más intenso sobre el mas suave y reservando a su vez, como definitivas, las zonas que no interese saturar. Para mayor control es aconsejable trabajar con una gama de color limitada y mezclar la pintura sobre un plato o paleta antes de aplicarla al papel. El grado de humedad conferido al papel en cada momento, condicionará el resultado durante la aplicación del color, por lo que debe medirse muy bien la posible insistencia de la pincelada, con mayor o menor carga de pigmento o solamente con agua. Cada momento ha de controlarse al máximo. Para ello es conveniente iniciarse en la pintura a la acuarela con una serie de trabajos cuyo único fin sea el de practicar todas las posibilidades y recursos imaginables, hasta conseguir el control final de lo que estamos pensando. En cualquier momento del trabajo podría intervenirse sobre el pigmento ya aplicado, aún húmedo o incluso seco, lavando parcial o totalmente la zona, con objeto de conseguir otros efectos, que siempre deberán practicarse con suficiente antelación al trabajo actual. La combinación de capas transparentes y opacas del gouache es otro procedimiento interesante a explorar.

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