In memoriam de tu gran alma de artista: Teresa Sarto

TERESA SARTO 153 EPISTOLARIO Manolo y Bea Cuadrado Maite y la alegría Sé de sobra que es un tópico. Se que esta palabra, alegría, se repetirá una y mil veces en las líneas que, recordando a Maite, hayamos escrito familiares y amigos. Pero es imposible soslayarla, especialmente si como en mi caso, eso, alegría, es el bien magnífico que he recibido de ella a lo largo de los más de los treinta y cinco años en que nos hemos tratado. Otros podrán hablar de sus cualidades como compañera o docente, de su calidad como artista, recordar su infancia y anécdotas de su vida o rememorar su enorme afectividad y capacidad de cariño y amor, pero yo la tengo asociada para siempre a la alegría desbordante, a la risa incontenible, a un portentoso sentido de la gracia y a la instantánea complicidad con cualquier cosa que significara humor. Ni siquiera cuando el final la había señalado con su fatídico dedo dejó de asombrarnos comunicándonos su alegría a cuantos tanto la queríamos. Parangonando a Miguel Hernández en su maravillosa dedicatoria a su amigo Ramón Sijé «con quien tanto quería», hoy, a un año su marcha, he querido dedicar estas líneas a Maite «con quien tanto reía». Y si algo de lo que nos han contado de niños es verdad y existe un lugar llamado Cielo, nada me gustaría más que encontrármela allí. Y aunque dicen que es un lugar muy grande no debe ser difícil dar con ella; bastará con seguir las carcajadas de los ángeles. Manuel García-Cuadrado A mí también me gustaría escribir unas palabras sobre Maite y su maravillosa alegría de vivir. Ya desde las primeras cenas en casa de su hermana, hace mas de 30 años, la recuerdo riéndose a carcajadas y en cada foto que tengo suya de las celebraciones y fiestas en las que hemos coincidido siempre sale con la misma cara de disfrutar cada minuto de la vida y hacérsela disfrutar a los demás. Creo que nunca he visto a nadie llevar una enfermedad tan terrible como la suya con esa elegancia, sin quejarse nunca y aprovechando cada rato bueno para seguir riéndose y disfrutando de todo. Todavía hace poco veía el video que me mandó al día siguiente de su última operación bailando La negra Tomasa muerta de risa. Estoy segura de que allá donde esté seguirá haciendo reír a los que la rodeen y aquí seguiremos recordándola como la persona positiva y maravillosa que ha sido siempre. Bea de los Casares

RkJQdWJsaXNoZXIy MjM4MTQz