In memoriam de tu gran alma de artista: Teresa Sarto

TERESA SARTO 131 EPISTOLARIO Ana García A MAITE Me hubiera gustado haberte conocido antes, Maite, y, así, haber disfrutado más de tu compañía. Siempre he considerado un privilegio poder compartir contigo conversaciones, momentos…, porque transmitías humanidad, valentía, comprensión, alegría, «buen rollo». La verdad es que has valido para todo. Como artista, solo hay que contemplar tu obra para apreciar tu buen oficio, tu técnica y, ante todo, disfrutar de la enorme sensibilidad que transmites. Como persona eras desprendida y generosa, tanto que durante tu enfermedad estabas más pendiente de Eusebio, de Zipi, de Pepo y de tus cinco nietos, que de ti. Has sido tan acogedora que, yo misma, me encontraba en tu casa como en la mía. Y tuve la suerte de disfrutar de tu excelencia en la cocina. Cuando estabas en una reunión, el éxito estaba asegurado debido a tu personalidad, tu inteligencia, tu ingenio y tu alegría. Maite, te echo mucho de menos, pero me queda tu mirada alegre, profunda y muy dulce que no podré olvidar y, lo más importante, tu ejemplo, imposible de igualar, pero tu recuerdo me ayuda a intentar ser buena persona, como tú has sido y, en caso de desánimo, al pensar en ti, sacar coraje para seguir adelante. Ana García

RkJQdWJsaXNoZXIy MjM4MTQz