de arma blanca en la que se convierte en una prolongación agresiva, dura, metalizada del cuerpo humano.
Cuando en momentos de delirio del ser humano la sangre se sube a la cabeza, se produce una metamorfosis
entre la mano y la navaja para convertirse ésta en parte del cuerpo, transformándose todo en un arma de acción
mortal. El cuchillo adquiere en estas circunstancias una simbología dramática, asociado a la agresión y a la
muerte. Este es uno de los aspectos con los que se ha identificado este útil en contextos y épocas determinadas,
pero no es el único, ya que su función cotidiana es muy distinta, aportando a la mano lo que por si sola no es
capaz de hacer. Aquí es el cuchillo, por su diseño y características, el que proporciona las acciones más precisas
y eficaces de un sin número de acciones. Esto explica en gran medida el hecho de su larga historia y su vigencia
pese a las transformaciones de una sociedad primero industrializada y después digitalizada.
Resulta chocante el hecho de la pervivencia de una herramienta sencilla y rudimentaria como es el cuchillo en
una era en la que los cortes son acciones que se realizan con una tecla, un ratón o un lápiz digital. Tal vez sea
su dimensión objetual la que le confiere su mayor atractivo en una época en la que todo se ha vuelto intangible,
arrastrado por el mundo digital que nos ha engullido sin darnos tiempo a asimilarlo. Es en este mundo donde lo
objetual, como son las navajas, adquiere una dimensión ritual que resulta mucho más inquietante.
UN LIBRO
El cortador del Rey Sancho de Javara encarga a Enrique de Villena un libro que este escribe en el año 1423,
que se conserva en la Biblioteca de El Escorial y que se llama Arte Cisoria.
Enrique de Villena, el nigromante, Maestre de Calatrava, nacido en Torralba de Cuenca en 1384 y fallecido en
Madrid en 1434. Fue conocido también como Enrique de Aragón y por el apodo El Astrólogo. Fue señor de la
villa de Iniesta. Fue hijo de Pedro de Aragón, condestable de Castilla y II Marqués de Villena y de Juana de
Castilla, hija ilegítima de Enrique II de Castilla y Elvira Íñiguez, y nieto de Alfonso de Aragón y Foix, I Marqués de
Villena.
Enrique de Villena es autor de varios libros como el “Arte de Trovar” (1433), la “Traducción de la Divina Comedia”
(1428), la “Traducción de la Envida” (1427) o “Arte Cisoria. El tractado del arte del cortar del cuchillo” (1423).
Arte Cisoria es un compendio en el que se aborda con profundidad el tema gastronómico de cortar las carnes.
El libro plantea una serie de reglas y principios para llevar a cabo las acciones de cortar la comida con precisión
y efectividad. Se puede decir de este libro que es un manual didáctico y a la vez es la descripción de un rito.
Enrique de Villena nos ofrece en su tratado una descripción precisa del variado instrumental necesario y más
adecuado para cada corte. Se consideraba que el tratado pertenecía a las llamadas “Artes mecánicas” ya que
planteaba la realización de acciones en las que necesariamente tenía que intervenir un útil o herramienta.
Arte Cisoria tuvo la función didáctica de instruir sobre los modos de cortar la comida. Este aspecto relacionado
con la casa real se convirtió en muy importante ya que la salud y el bienestar del rey dependía de cómo se servía
la comida. Por ello el cortador de comida tenía una gran relevancia entre los súbditos del rey.
No estamos ante un simple tratado de gastronomía como tantos otros publicados en este periodo. Además de
su carácter científico, Arte Cisoria educa y promueve las buenas costumbres para los nobles que forman la corte
del rey. Elena Gascón Vera (1) señala: “Sin embargo no debemos pensar que el Arte Cisoria es una más de estas
ordenanzas del gobierno de palacio. Ya vimos que Villena intentaba elaborar un tratado científico sobre la técnica
de cortar con el cuchillo y por lo tanto hacer de esta técnica una disciplina académica que eleve este arte al
mismo nivel que las otras ciencias. Para ello elabora un escrito expositivo y lógico en donde se analizan los tipos,
circunstancias y situaciones en las que se deben cortar los alimentos discutiendo todos los temas con la mayor
profundidad posible dentro de una claridad y un orden.”
(1) La ceremonia como ciencia: “El arte cisoria” de Enrique de Villena. Elena Gascón Vera. Wellesley Collage.
Massachusetts. Enlace:
http://cvc.cervantes.es/literatura/aih/pdf/08/aih_08_1_062.pdf6